Aquel domingo en nuestra despedida, cuando en pleno momento
de subidón a Viernes se le ocurrió la idea de
crear nuestro pequeño rinconcito donde contar experiencias y momentos,
sobre todo compartidos, que son la mayoría… me negué en rotundo,
- “Yo no pienso escribir un blog”
Y bueno, aquí estoy, frente a mi ordenador, intentando
escribir algo con sentido, y sin haber cumplido mi palabra (una vez más), y es
que,
¿Cuántas veces en la vida decimos que no haremos cosas en
las cuales acabamos cayendo?
Se me ocurren mil historias (sobre todo relacionadas con
hombres) tanto mias como de Lunes, Martes, Jueves y Viernes, en las cuales nos
hemos dicho, por activa y por pasiva,
-No voy a volver a hacerlo,- No le voy a escribir nunca más,- Ni loca vuelvo quedar con el,- No pienso
contestar cuando me escriba,- tTia que no, que nunca más,
Solemos hacernos reflexiones, muchas veces en voz alta,
porque así parece que queda más convincente, y oye.. es que con tantos
argumentos, ¿Cómo podría ser tan tonta de retroceder todo lo que he adelantado
en el tiempo que lo he puesto en práctica? Yo, que soy una persona con tres
dedos de frente y capaz de combatir cualquier adversidad.
Me río yo de todo eso, al final, de una forma u otra, la
mayoría de cosas acaban volviendo, con mayor o menor intensidad, con mas o
menos frecuencia, pero todos tenemos, al menos, una debilidad.
Yo lo reconozco, tengo la mía, a estas alturas de la vida,
¿para que negarlo? Simplemente he aprendido a vivir con ella, sabiendo cual es
el lugar que ocupa y sin que me suponga una preocupación, sino, como mucho, una
distracción.
Pero lo importante, es que pese a todas nuestras caídas,
siempre tenemos cuatro hombros esperando para darte un abrazo y decirte,
-No pasa nada, de ésta volvemos a salir,
Y al fin y al cabo eso es la vida, caerse y levantarse.
Miércoles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario