Si hay algo que me gusta en el mundo es bajar a casa, y si que es verdad que como en casa en ningún sitio, que madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle, y que el arroz donde mejor sabe es en familia. Por suerte o por desgracia mi sweet home esta a 600 km y hay veces, como esta última, que me toca coger carretera y manta y pabajo.
A veces conducir puede ser tu mejor psicológico y esque cuando ya no hay emisoras que sintonizar en la radio y cuando tu disco de regaeton se vuelve aburrido sin tus amigas es cuando te encuentras contigo, y o por lo menos yo te das cuenta de la falta que te hace escucharte a ti misma, pararte, respirar y ver esos problemas que vas guardando en los cajones de tu cabeza. Ese amor inacabado. Esa conversación pendiente con una amiga. Esa limpieza de armario prometida cada inicio de temporada. Y al final llegas a tu destino con un montón de propósitos como sí de año nuevo se tratase.
Pero de este viaje no voy a quedarme con esa conversación conmigo misma, de este viaje voy a quedarme con mi conversación con B. B me encanta, me encata esa manera de llevar camisa siempre recién planchada, que me habrá la puerta del coche, y que me trate como sí fuese una damisela en apuros y él un caballero con capa y espada. Pero B no cree en el amor. Odia el amor. Odia el comprimiso. Odia esa manera tan peculiar que tenemos las mujeres de volver loco a todo bicho viviente, ¿cariño qué te pasa? -nada -¿seguro? - si, nada, déjame ... Y con esta última frase ¡¡¡ SALVESE QUIEN PUEDA!!!. B odia todo que pueda quitarle su libertad. Por eso creo que vive en lo alto de la montaña, donde lo único que puede molestarle son los días de viento cuando las olas rompen con las rocas. B, y enlanzo con el post de Lunes, no cree que el amor sea para los valientes, el cree que el amor es para los pacientes. Para los que tienen la suficiente calma para hacerse con la otra persona, amor al projimo y terminar con el hasta que la muerte nos separe.
Yo, tengo que decir, que discrepo con ambos, el amor no es ni para los valientes ni para los pacientes, el amor es para los enamorados. Y punto. El cariño recoge los calcetines. Cariño hay sacar al perro. Cariño este domingo vamos a comer a casa de mi madre. Quita los pies de encima de la mesa. Dile a tus amigos que este sábado nada de fútbol, tengo tuppersex con las niñas. Todo eso no es amor, eso es convivencia, o como quieras llamarlo. Ni siquiera echar el mejor polvo de tu vida es amor. El amor es amor y lo demás son aderezantes, pero no amor. Asi que, me repito el amor es para los enamorados. Y para esos que encuentran su media naranja y no se conforman con un medio limón y le echan azúcar.
Así que, así termina mi viaje. Y miro por el retrovisor y veo el mar perdiendose en el horizonte y ese olor a sal que tanto me recuerda a casa, y al final me quedo con una verdad y es que las mejores conversaciones se tienen en los coches y después de hacer el amor.
Feliz martes =)
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