martes, 11 de marzo de 2014

Mens sana in corpore sano





Yo, la verdad, nunca he sido muy de gimnasio, siempre me han interesado más otras cosas, hasta el punto que, y aun lo recuerdo, en segundo de bachiller suspendí educación física, papa tengo educación física para septiembre; pero lejos de tirarme todo el verano corriendo, hice un trabajo y aprobé.

Este ha sido casi todo mi contacto serio con el deporte hasta ahora. Cuando abren un gimnasio enfrente de tu trabajo no te queda más remido que apuntarte, más que nada por vergüenza, ya que tooooooooooodo el mundo corre para aprovechar la oferta pre-apertura y no pagar matricula, así que a ti, no te queda otra que apuntarte y darte de que además eres una superaficionada al deporte y te encanta. Y así, sin más dilación empieza mi contacto con el mundo del fitness.

Y si, amigos digo fitness, porque apuntarte al gym, no es solo coger una mochila, rescatar tu chándal de cuando suspendiste educación física y comprarte unos tenis unas zapatillas nuevas porque las tuyas son talla 35 y la última vez que te las pusiste acabas de hacer la comunión. Lo primero es que hay que aprender a hablar como ellos, y nada de decir correr, no no, en cuanto pagas la matricula hay que empezar a decir running, y ya ni siquiera se dice spinning, ahora es ciclo.

Y como esto un millón de cosas, pero lo que más me llama la atención es la “gente gimnasio”, he de decir que en su mayoría son mujeres y las podemos clasificar así:

-          Los monitores: personas indispensables en este establecimiento, todos y todas, guapos o feos, altos o bajos, todos tienen un cuerpo de escándalo, y claro como es obvio no podía ser de otra manera. Pero aparte de ese cuerpo fibroso son de otro planeta, dan de manera continua y sin descanso ninguno una clase de ciclo, body pump y GAP  y siguen respirando. Son gente, creo yo que en otra vida fue locutor de radio, probar a cerrar los ojos en una clase de spinning y escuchar, cuando tus pulsaciones están a 110 revoluciones por minuto y casi echas el diafragma por la boca, el tono que tiene tu profesor y la fuerza que sale de sus pulmones para animarte. Siempre serán extremadamente simpáticos y nunca ningún mortal conseguirá su cuerpo.

-          La que siempre esta: da igual a la hora que vayas o el día que vayas, ella siempre está ahí, zapatillas, mayas, top y cinta en el pelo perfectamente conjuntada y siempre un modelo distinto; casi roza la perfección de cuerpo de los monitores y además trabaja. Nunca llegaras a estar lo mismo de delgada que ella y ni tendrás ese culo que solo has visto en las pasarelas de Victoria Secret, da igual que intentes ir mas horas que ella porque es imposible, tu mente calcula que ella llega a las 6 y media y dices voy a ir a las 6 para hacer mas clases, repito, da igual, ella ya estará allí, por las mañanas antes de ir a trabajar, también. Me rindo.

-          Señoras que: las reconocerás en seguida, señoras más cerca de los 60 que de los 50, sus cuerpos han sufrido los estragos de la menopausia y la gravedad está haciendo su trabajo a pasos agigantados. Pero ellas lejos de deprimirse se juntan con su vecina, la pobre esta muy aburrida, fíjate se acaba de quedar viuda y su niño se ha casao con una polaca y se han ido a vivir por ahí, y allí se plantan en el gimnasio, más felices que un niño con zapatos nuevos. Chándal y zapatillas y a su ritmo se hacen clase tras clase.


-          Los chicos: Ahí  creo que debería hacer dos apartados; empezamos por los chicos que van solos al gimnasio, siempre van cabreados, llegan y apenas saludan, se meten en el vestuario y aparecen en pantalón corto y camiseta (hago un llamamiento a todos esos chicos que usan camiseta sin mangas, es momento de no volver a usarlas, por favor), van a sala y dan vueltas cual león enjaulado hasta que eligen la maquina por la que empiezan, solo se relacionan  para comentar el culo de “la que siempre está” y para que su compañero y le sujete las pesas, y ahí siguen con su cabreo de macho alfa, hasta que es hora de ducharse y se van.

La segunda clasificación es los chicos que van porque sus novias les obligan, estos si entran a clase, y es el momento en que la profesora dice vamos chicas solo quedan 150 sentadillas y acabamos y mira por el espejo y lo ve,  chicas hoy tenemos a un chico con nosotras vamos a darle la bienvenida. El chico mira a su novia y ambos saben que será su último día de gimnasio juntos.


Y bueno para terminar este post, quiero desmentir y desmiento que al gimnasio NO se va a ligar, si alguien, alguna vez ha ligado en un gimnasio que me avise y hago un post al respecto.

Feliz martes =)


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